Zombies - Antología



Título original: The Living Dead
Autor: recopilación de John Joseph Adams Robert SilverbergStephen KingGeorge R. R. MartinHarlan EllisonNeil GaimanDan SimmonsMichael SwanwickDavid J. SchowLaurell K. HamiltonNancy HolderPoppy Z. Brite,Joe HillDarrell SchweitzerJoe R. LansdaleNancy KilpatrickKelly LinkDale BaileyNina Kiriki HoffmanJeffrey FordSusan PalwickDavid TallermanNorman PartridgeBrian Evenson,Hannah Wolf BowenLisa MortonDavid Barrr KirtleyGatherine CheekAdam-Troy Castro,Andy DuncanWill McIntoshScott EdelmanJohn Langan

Fecha de publicación: Noviembre de 2009
Nº de págs: 670



Esta antología de John Joseph Adams, nos trae treinta y una historias que tienen a los muertos vivientes como protagonistas, o bien están relacionadas directa o indirectamente con ellos. El volumen reúne historias de autores tan conocidos y prestigiosos como Stephen King, Dan Simmons, George R.R. Martin, Joe Hill, Neil Gaiman... y relatos de escritores no tan conocidos pero no por ello exentos de calidad, como es el caso de Darrell Schweitzer o Joe Lansdale, entre otros. 

Gracias a esa gran variedad de autores y, por tanto, de estilos, el tema zombie es abordado desde múltiples perspectivas, existiendo relatos para todos los gustos.

Sinopsis de los relatos:

La Foto de la Clase de este Año, de Dan Simmons (This Year´s Class Picture, 1992).  Este relato abre el fuego y lo hace poniendo el listón muy alto. No en vano, este relato fué ganador del premio Stoker y el World Fantasy, entre otros. Simmons narra cómo la señorita Geiss sobrevive a un apocalipsis zombie haciendo lo que siempre ha hecho: dar clase, pero esta vez a unos alumnos muy especiales. 

Planes de Emergencia Zombie, de Kelly Link (Some Zombie Contingency Plans, 2005). La historia de la escritora Link es una de las que menos me ha gustado, y seguramente porque el tema de los zombies sirve como telón de fondo para la verdadera historia, para nada fantástica, donde los muertos vivientes son una obsesión del protagonista. 

Muerte y Sufragio, de Dale Bailey (Death and Suffrage, 2002). Un asesor político prepara la campaña de su candidato cuando, sorprendentemente, los muertos se levantan de sus tumbas con el supuesto objetivo de ejercer su derecho al voto.

Flores, de David J.Schow (Blossom, 1989). En esta peculiar historia nos encontramos con una explosiva mezcla de violencia, sexo y sangre a partes iguales que no dejará a nadie indiferente. No en vano, el relato es obra de David J.Schow, quien acuño el término splatterpunk de forma irónica y que sirvió para referirse a ese género de terror donde abunda la descripción gráfica de sexo violento, sangre y gore, que es lo que realmente llama la atención de este relato.

El Tercer Cadáver, de Nina Kiriki Hoffman (The Third Dead Body, 1993). Esta es una historia de asesinatos, pero desde el punto de vista de una víctima muy especial que, como bien estaís pensando, regresa de la tumba para "acusar" con su dedo muerto a su asesino.

Los Muertos, de Michael Swanwick (The Dead, 1996). ¿Una historia con zombies en un futuro donde se convertirán en una mercancía al servicio del ser humano? Esto es lo que ocurre en este relato donde los muertos son resucitados a nivel industrial  por un grupo de elitistas empresarios, siendo usados incluso como juguetes sexuales.

El Niño Muerto, de Darrel Schweitzer (The Dead Kid, 2002). Uno de los mejores relatos, basado ligeramente en hechos reales acontencidos en 1957, cuando un niño fué encontrado muerto dentro de una caja en Philadelphia, crimen que aún hoy en dia sigue sin resolver.

El Zombie de Malthusian, de Jeffrey Ford (Malthusian´s Zombie, 2000). Un buen relato que tiene su origen en una serie de teorias psicológicas y que, como el mismo autor reconoce, tiene un interesante sabor clásico a Poe que es de agradecer. Una historia de ciencia, lavados de cerebro y oscuras intenciones gubernamentales.

Cosas Bellas, de Susan Palwick (Beautiful Stuff, 2004). Zombies, políticos de dudosa moralidad y el trasfondo del 11-S repiten de nuevo en esta historia. Rusty es un zombie dispuesto a demostrar que aún estando muerto se pueden solucionar aquellas meteduras de pata que cometió en vida, o al menos, intentar redimirse.

El Síndrome de Estocolomo, de David Tallerman (Stockholm Syndrome, 2007). Cuando irrumpe en escena el apocalipsis zombie, nosotros, espectadores y lectores aficionados al género, nos sentamos y disfrutamos del espectáculo. El protagonista de esta historia también decide sentarse a observar, con las consecuencias que ello conlleva.



Bobby Conroy regresa de entre los muertos, de Joe Hill (Bobby Conroy Comes Back From The Death, 2005). Este relato ya tuve la oportunidad de leerlo en la antologia de Joe Hill titulada Fantasmas. Es un relato correcto, un homenaje al cine de zombies y a su creador, George A.Romero.

Los que buscan el Perdón, de Laurell K.Hamilton (Those Who Seek Forgiveness, 2006). Anita Blake (quien a posteriori se ha convertido en un personaje icónico de su creadora) es una mujer que se gana la vida resucitando a los muertos para que sus seres queridos se despidan de ellos, para que colaboren en identificaciones policiales, etc. El lado negativo es que a veces las cosas no son lo que aparentan ser. 

Hermosa como la NocheNorman Partridge (In Beauty, Like The Night, 1992). Un nuevo punto de vista sobre el fenómeno zombie, con un curioso antihéroe, una especie de Hugh Heffner en sus años mozos, que trata de evacuar a su isla paradisíaca a su equipo de fotógrafos y, como no , de chicas.

La Pradera, de Brian Evenson (Prairie, 1997). El explorador Cabeza de Vaca, y Werner Herzog y su película "Aguirre, la Cólera de Dios" fueron dos de las fuentes de inspiración de Evenson a la hora de escribir este relato, al que añadió un poco del ingrediente secreto (léase, zombies) para obtener una historia bizarra y salvaje. 

Todo es Mejor con los Zombies, de Hannah Wolf Bowen (Everything is Better with Zombies, 2006). 

Parto en Casa, de Stephen King (Home Delivery, 1993). Uno de mis favoritos, escrito por el Rey del Terror, el gran Stephen King. Los muertos desafían a la muerte y regresan de la tumba (al parecer el origen viene del espacio exterior...), y todos tratan de hacerles frente. Hasta Maddie Pace, una mujer embarazada, tendrá que hacer frente al apocalipsis y a algo más: el pasado que regresa en forma de zombie.

Las Chispas ascienden hacia el Cielo, de Lisa Morton (Sparks Fly Upward, 2005). Un apocalipsis zombie. Una colonia de sobrevivientes. Una mujer embarazada que tendrá que abortar...¿el resultado? Un excelente relato donde la polémica está servida con un jugoso debate político sobre el aborto y todo lo que ello conlleva: asesinato, liberta de elección, activistas antiabortistas... 

Hombre de Burdel, de George R.R.Martin (Meathouse Man, 1976). De nuevo los zombies son usados en provecho de la humanidad, esta vez controlados por seres humanos como una simple herramienta. Incluso las mujeres zombie son utilizadas en los prostíbulos como mercancía. Pero el relato se centra en un hombre y su búsqueda del amor, que dará sus frutos en ocasiones, y en otras verá como sus esfuerzos caen en saco roto.

El Camino del Muerto, de Joe Lansdale (Deadman´s Road, 2007). Perfecta mezcla entre el western clásico y el terror zombie, unidos con maestría en una historia excelente, donde un reverendo tendrá que vérselas con un muerto resucitado que está sembrando el horror en lo que durante en vida fué su territorio. 

El Muchacho con Cara de Calavera, de David Barr Kirtley (The Skull-Faced Boy, 2002). Dos jóvenes que fallecen en un accidente vuelven al mundo de los vivos convertidos en zombies y uno de ellos, junto a otros muertos vivientes, decide conquistar el mundo de los vivos. Una buena historia que plantea una dualidad moral y, a la vez, denuncia sutilmente los desprecios y el maltrato que sufren las minorías y sus integrantes, tratados muchas veces con desprecio por el simple hecho de ser diferentes. 



La Era de la Aflicción, de Nancy Kilpatrick (The Age of Sorrow, 2007). Este relato de supervivencia está protagonizada por una mujer. Aquí no hay hombres fuertes y aguerridos capaces de acabar con todo muerto viviente que se les ponga por delante, sino una mujer que cuenta con el cerebro como su mejor arma. Una historia impregnada de soledad, depresión y agónica locura.

Amanecer Amargo, de Neil Gaiman (Bitter Grounds, 2003). Una historia de zombies clásicos, con las calles de Nueva Orleans y el polvo zombi como protagonistas. Un poco deslavazado y borroso en ocasiones, quizás escrito así a propósito por Gaiman para ofrecer una atmósfera de ensoñación. 

Con las Tetas a la Tumba, de Catherine Cheek (She´s Taking her Tits to the Grave, 2008). Divertida fábula repleta de ironía y humor sarcástico sobre la vanidad, donde una mujer fallecida vuelve a la vida y contempla horrorizada como ninguna de sus costosas operaciones de cirugía pueden impedir que su cuerpo se vaya pudriendo a medida que avanza el tiempo. Al final no le quedará mas remedio que aceptar lo que es inevitable, y aprenderá a darle importancia a aquello que realmente merece la pena. 

Tan Muertos como Yo, de Adam-Troy Castro (Dead Like Me, 2000). A la vez que se nos ofrecen una serie de instrucciones para sobrevivir en un apocalipsis zombie, el autor nos cuenta la historia de uno de esos seres humanos que ha tenido que rebajar el sentido de la palabra humano a su mínima expresión para sobrevivir entre los muertos vivientes. Una historia triste que refleja el patetismo que las personas pueden llegar a alcanzar con tal de sobrevivir. 

Zora y la Zombie, de Andy Duncan (Zora and the Zombie, 2004). Otra historia de polvo zombi y resucitados haitianos que hará las delicias de los aficionados a estos clásicos zombies.

Calcuta, el Señor de los Nervios, de Poppy Z. Brite (Calcutta, Lord of Nerves, 1992). Una historia impregnada del espíritu de la India, donde belleza y horror pueden ir de la mano en ocasiones. Con un estilo crudo y directo, la autora consigue perfectamente trasladarnos a aquellas concurridas calles, donde casi podemos sentir el repugnante olor que desprenden esos cadáveres andantes pudriéndose al sol, con la terrible diosa Kali como artista invitado. 

Seguidos, de Will McIntosh (Followed, 2007). Me encantó esta historia, donde los zombies están integrados de una forma un tanto especial en la vida cotidiana de los humanos normales. Y es que en este relato, si un zombie te sigue, es que algo has hecho mal en tu vida, o no has actuado como deberías. Curiosa forma de representar qué hacer con nuestros errores y cómo aprender a convivir con ellos.

La Música del Zombie, de Harlan Ellison y Robert Silverberg (The Song the Zombie Sang, 1970). De nuevo el futuro y los zombies se dan la mano, y en esta historia un afamado músico es mantenido con vida a lo largo de los años y únicamente es reanimado unas pocas horas al año para dar conciertos. El artista se siente un objeto, tan sólo un instrumento al servicio del espectáculo y sin capacidad de dar rienda suelta a su creatividad. No es para nada una historia de terror, y si un relato profundo donde el protagonista absoluto de la función es el sentimiento de frustración del zombie. 

La Representación de La Pasión, de Nancy Holder (Passion Play, 1992). Hace poco pude leer El Mar de la Muerte, de esta misma autora, y he de decir que en este relato volvemos a tener parte de ese horror enfermizo y esa atmósfera asfixiante que ya pude comprobar en la novela que os comento.Aquí zombies y religión convergen en una historia donde la hipocresía de la Iglesia queda patente.

Casi el Último Relato de Casi el Último Hombre, de Scott Edelman (Almost the Last History by Almost the Last Man, 2007). Un relato curioso en cuanto a su original estructura que cuenta la historia narrada en primera persona de un hombre que está siendo testigo del horror (nuevamente el apocalipsis zombie...) y que nada puede hacer sino dejar por escrito su experiencia en un mundo devorado por los muertos vivientes.

Así Declina el Día, de John Langan (How the Day Runs Down, 2008). Sinceramente, este relato supone el broche de oro perfecto para esta antología. De formato original e inusual (escrito como si fuese el libreto de una obra de teatro), muestra, mediante una serie de testimonios, la agonía a la que los seres humanos pueden llegar a verse expuestos en caso de que un buen dia los muertos decidan levantarse y venir a por nosotros. Más nos vale estar preparados...



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